El conflicto de confianza que ha padecido Toyota colaboró en la caída de uno de los íconos de la fiabilidad para los consumidores.

Con la caída de Toyota en las ventas, otras empresas como Ford y Honda, han aprovechado de ocupar el espacio de privilegio que había quedado acéfalo. Según encuestas realizadas, poco más del 50% de los propietarios de vehículos Toyota se muestran de acuerdo con adquirir otro modelo de la misma marca. Vale recordar que en el mes de diciembre ese guarismo ascendía a la nada despreciable cifra del 70%.

Los números son claros y para revertir este índice de caída, Toyota seguramente deberá apelar a estrategias de ventas apostando por tentadores estímulos para ganar posiciones, o mejor dicho, recuperar posiciones en el mercado estadounidense, impidiendo que su de clientela siga decayendo en la plaza automotriz.

La mayoría de los clientes consultados enfatizaron que es de vital importancia el prestigio que pueda ostentar, en buena ley, una empresa automovilística a la hora de tomar una decisión final por un vehículo.

Honda es el mejor posicionado en la escala de confianza de los usuarios, pues casi un 70% de ellos asegura que volvería a adquirir un auto de esa misma marca.

La empresa que le sigue en satisfacción al cliente es Ford, quien ha crecido en sus cifras superando por poco margen el 70% de compradores, los que no dudarían en comprar un vehículo de esta empresa.

Chevrolet, constituía dos tercios de GM en comercializaciones en el mercado estadounidense hace apenas un año, actualmente no llega al 50% en conceptos de lealtad de los clientes.

Toyota viene en una caída preocupante, sus operaciones han decaído constantemente en los meses de enero y febrero. Por el contrario, su competencia directa ha dado muestras de importantes crecimientos en el país. Esto generó que Toyota promocionara estímulos para realzar las ventas, lo que muestra en parte los intentos desesperados por reposicionarse en el mercado automotriz.

Estas técnicas agresivas de venta le reportaron crecimientos en los posteriores meses de marzo y abril. Aunque claro, los incentivos de ventas eran por demás tentadores, como por ejemplo, financiaciones sin ningún tipo de intereses e importantes reembolsos.
Para dar una idea al lector, el reembolso en una camioneta Tundra es $4,000.

Es evidente que esta ofensiva que ha lanzado Toyota tiene como meta el reposicionarse en el corto plazo pues, seguramente, los costos que debió haber generado a la empresa estas estrategias han de haber sido significativos, sin embargo ha logrado el objetivo de detener la escala descendente que venía padeciendo.

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