Acura ILX 2013, hermoso pero sin novedades
De forma inexplicable, el más vistoso de los Acuras - ILX 2013 - está basado en el más antiguo de los Honda Civic.
El tiempo no lo es todo, lo sabemos, pero ciertamente tiene mucho que decir en distintas ocasiones. Hasta ahora podemos decir con bastante acierto que el Honda Civic, uno de los modelos más extraordinarios de la marca japonesa, ha terminado “idiotizado” por el nivel de producción al que han tenido que hacer frente. El problema no es tan sólo eso, sino que lo más grave está en que el último de los Acura ILX 2013 se ha basado en él.
De los pocos puntos a favor que podemos entregar sobre el nuevo Acura ILX 2013 vale la pena decir está basado visualmente en una de las sagas más exitosas de la marca, el TSX en su primera generación, donde se muestra en esplendor lo que intenta conseguir esta sección de lujo de Honda. Lamentablemente para los diseñadores, las semejanzas sobre el papel entre el Acura ILX 2013 y el TSX 2004 son demasiadas, por lo que resultan difíciles de ignorar.
Para quienes dudan del trabajo de uno y otro hay que decir tienen la misma distancia entre los ejes, mismos neumáticos, igual volumen de interior y misma conducción… hasta cuando le exigimos y doblemanos con él. El modelo probado de Acura ILX 2013 cuenta con un motor de 2.4 litros VTEC con transmisión de seis velocidades manual (mismo del TSX 1.0, haciendo la salvedad en el sistema de cambios, compresión y algunos otros detalles). Tanto el modelo base del ILX y el híbrido resultan ser de menor capacidad que el TSX original.
Debemos recordar a los usuarios que el motor 2.4 litros sigue ofreciéndose en la edición TSX más larga, edición que por cierto nos hace pensar hasta qué momento se venderán tan bien los sedanes largos. Este mismo motor también es utilizado en la última de las versiones del Civic Si, modelo donde se sustituye el antiguo propulsor de 2.0 litros.
Cuando comenzamos a probar el último Acura ILX 2013, nos damos cuenta de que la experiencia que nos entrega difiere bastante de lo que quisiéramos, pues mientras un TSX juega de inmediato sobre el asfalto, el ILX parece pidiera permiso para hacerlo. El uso de la transmisión también nos deja sentimientos encontrados toda vez que en cuarta el motor parece necesitara algo más de ímpetu para conseguir velocidad, mientras que en sexta se pone a zumbar como queriendo algo más.
Parte de lo que hemos comentado en el párrafo anterior se traduce en que sin llegar al límite de las 7100RPM a 80 mph, nos parece hemos tocado fondo – aunque en la práctica pueda exigírsele mucho más. Cualquiera que no haya abierto el capó pensaría que estamos frente a un modelo turboalimentado, aunque no sea así. Algo que sí gusta en el Acura ILX 2013 es la dirección eléctrica, la que se desempeña de forma soberbia durante viajes en línea recta, sin embargo, durante los virajes entrega sensaciones contradictorias.
La aceleración del Acura ILX 2013 hasta las 60 mph desde la inercia tarda 6.9 segundos, algo que mejora bastante lo conseguido por el modelo TSX del 2004 (requería de 7.2 segundos). La distancia de frenado también mejoró en siete pies cuando se circula a 70 mph.
