El presidente de Toyota, Akio Toyoda, prometió a los accionistas el viernes que la empresa se recuperará de las interrupciones en la producción ocasionadas por el terremoto y el maremoto que diezmaron el nororiente de Japón el 11 de marzo y primero ofreció sus oraciones para aquellos que murieron.

El tema del desastre dominó la junta anual de accionistas en las oficinas de Toyota Motor Corp. en el pueblo que lleva el mismo nombre de la automotriz más grande del mundo.

Comenzó con un solemne momento de silencio por los muertos y desaparecidos, que ahora se calculan en más de 23.000 personas. La primera pregunta de los inversionistas fue sobre cómo la compañía iba a responder ante la destrucción.

Pero el ambiente en general era de ánimo y apoyo, interrumpido periódicamente por aplausos, a diferencia de las juntas de accionistas en años recientes en las que Toyota de mostraba a la defensiva por fallas de calidad que lo obligaron a recoger vehículos y por las caídas en las ganancias tras la crisis financiera.

El sismo y tsunami afectaron a proveedores de partes claves en el nororiente de Japón y la producción de algunos modelos de vehículos todavía no vuelve a la normalidad a tres meses del desastre.

Esto afecta las ventas de Toyota incluso para modelos populares justo en el momento en que comienza a recuperarse de un fiasco de dos años en el retiro de vehículos, impulsando especialmente el crecimiento en los mercados en desarrollo.

Toyoda dijo que su empresa está trabajando muy duro para que la producción vehicular, que se detuvo en todo el país después del terremoto de 9,0 de magnitud, se restablezca en junio a los niveles previos al desastre de marzo tanto en Japón como en el extranjero.

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