Los fusibles y su importancia en el coche
La revisión de los fusibles es importantísma, pues son los encargados de evitar que se quemen o fundan accesorios de nuestro vehículo o el auto mismo.
Cuando adquieres un coche de segunda mano, existen muchos puntos a ser considerados, analizados y tomados en cuenta, entre los que destacan los fusibles, elementos rara vez verificados.
El fusible consiste generalmente en un sustrato de material adecuado con dos contactos metálicos y un elemento que se funde a determinada temperatura. La función que desempeña este discreto accesorio es fundamental, toda vez que protege nuestro vehículo de posibles fallas eléctricas o cortocircuitos que pudieran derivar en daños mayores.
Por lo general, cada accesorio del vehículo, tales como equipo de música, sistema de luces, limpiaparabrisas, sistema de calentador de ventanas, ventanas eléctricas y todo aquello que tenga que ver con la energía eléctrica, se encuentra protegido por uno de estos pequeños dispositivos.
Poca gente sabe que cuando se adquiere un coche de segunda mano se deben revisar los fusibles pues, muchas veces, por obra de inescrupulosos mecánicos y/o pseudo electricistas, los que se encuentran instalados en el automóvil no corresponden con el accesorio al que deben proteger, estando su punto de fusión muchas veces por encima del indicado, trayendo como consecuencia que antes de fundirse el fusible se termine por estropear el accesorio o en el peor de los casos, hasta se incendie el vehículo.
La manera más adecuada para calcular el amperaje que debe soportar cada fusible, en función al elemento que protege, es leer el manual del fabricante, pero por ser coche de segunda mano muchas veces éste no se encuentre en el vehículo.
La solución es sencilla, aunque exige tener bastante paciencia y un multímetro que sea capaz de medir corrientes de hasta por lo menos 10 amperios.
Hacemos contacto con la llave de encendido y encendemos alguno de los accesorios, procedemos luego a extraer el primer fusible y verificar si se desconectó o no al accesorio recién encendido; de no haber ocurrido, procederemos a reinstalar el fusible en su lugar y a hacer lo propio con el segundo, seguiremos en esta secuencia hasta el momento en que el accesorio sea desconectado.
Una vez determinado cual es el fusible que corresponde al accesorio cogemos las sondas o cables del multímetro (en la escala máxima de Amperios) y procedemos a colocar los terminales de medición en los lugares en los que se encontraban a los terminales del fusible.
En este momento, en la pantalla del multímetro aparecerá una lectura, en este punto hemos logrado averiguar cuál es el consumo real de energía del accesorio que se encuentra operando, una vez conocido este valor bastará que les sumemos aproximadamente el 10% del mismo y ya tenemos el valor real que debe tener fusible para que opere adecuadamente en caso de sobrecarga en el circuito que está protegido.