Lotus tendrá motores de alto rendimiento gracias a Cosworth
Lotus se prepara junto a Cosworth para revivir las victorias de los años 60 con su motor DFV en las carreras de alto performance
La novedad de contar con motores de alto rendimiento en los modelos Lotus Evora, Elise y Exige, se agradecerá a Cosworth, pues se trata de carros de poco peso, dimensiones pequeñas y con capacidades técnicas que necesitaban de un vuelco importante o al menos de una variante para los que buscan más en un coche deportivo. Estos vehículos siempre han tenido como limitante la velocidad final que alcanzan, aunque se equilibra con la excelente carrocería deportiva de la que siempre hacen alarde estos modelos de alto rendimiento de aerodinámica extrema.
Hasta la fecha, cada uno de los propulsores utilizado en los coches de Lotus, proceden del fabricante japonés Toyota, quien ya ha tenido que enfrentarse a varias dificultades por los problemas mecánicos en distintos modelos comercializados en todo el mundo. Cosworth es quien ha sido escogido para potenciar los motores de Toyota que ya se utilizan, de cara a las próximas competiciones que enfrentan los ingleses y con perspectivas de ofrecer luego a los usuarios, una variante más preparada de los vehículos ya comentados.
Uno de los modelos en los que se trabajará será el GT4 Evora Cup, el que ya dispone de un motor de 400 caballos de potencia, con capacidad de 4.0 litros, seis cilindros y lubricación de cárter seca, el que es fabricado por Toyota sin problemas de funcionamiento hasta la fecha. Es de esperarse que la combinación entre los ingleses de Lotus y Cosworth, especialistas en preparación de motores, sea tan buena como la ya conocida en 1967, cuando consiguieron desarrollar -junto con Ford- el propulsor de Fórmula 1 “DFV”, siendo el primer equipo que lo instalaba en sus coches y llegando a poseer 12 campeonatos mundiales y 10 títulos de constructores en la Fórmula 1.
Para quienes no lo sepan, el famoso motor DFV fabricado por Cosworth en la década de los 60, es la combinación de dos propulsores de Fórmula 2 de 1.8 litros y cuatro cilindros, lo que proporcionaba al final un propulsor de 8 cilindros en ángulo de 90º, por ello se le decidió llamar DFV, pues en el fondo era un “double four valve” gracias a la ayuda de Ford. La gracia del motor era el ser más liviano que los V12 de otros equipos, consiguiendo equilibrar la diferencia de potencia con el resto, obteniendo una mejor relación de peso-potencia.