Gasolina - Octanaje
Gasolina - Octanaje

Existe la muy extendida creencia que las gasolinas de mayor octanaje son capaces de entregar mayor rendimiento, mayor potencia y menos maltrato al motor del vehículo. Nada hay más falso.

En contrario a lo que muchos conductores dan por cierto, el grado del octanaje en la gasolina no indica la pureza, ni la calidad, ni la fuerza que puede entregarnos el combustible. En realidad, el octanaje es la unidad de medida establecida para indicar el nivel del poder antidetonante del combustible, es decir, mientras más alto es el índice de octanos, menos explosiva será la gasolina.

Esta gradación en octanos se utiliza para poder identificar los diferentes niveles de antidetonancia del combustible, pudiendo así seleccionar el adecuado para el nivel de compresión que son capaces de alcanzar los pistones del motor de nuestro vehículo.

De esta forma, si un motor de alta compresión se alimenta con gasolina de bajo octanaje, la mezcla encenderá de manera espontánea debido al calor que se genera en la propia compresión y antes que el pistón alcance el punto muerto superior de su recorrido, es decir, estallará sin que el pistón halla alcanzado su máximo nivel de compresión y antes del momento exacto del encendido de la bujía. Como resultado se obtendrá un encendido ineficiente, mayor consumo de combustible, pérdida de potencia y el odioso “cascabeleo”.

Cuando se alimenta un motor de baja compresión con un combustible de alto octanaje, lo que se va a obtener es una combustión incompleta debido al déficit de la temperatura alcanzado por la mezcla durante la etapa de compresión, por lo que al final se estaría eliminando gasolina gasificada y aun sin quemar junto con los gases del escape.

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